Del «no es no» al ‘sí’ por mis narices

Del «no es no» al ‘sí’ por mis narices

Lo de Pedro Sánchez es de traca. ¿Recuerdan su «no es no» cuando Mariano Rajoy ganó las elecciones y el hoy presidente del Gobierno dejó en el limbo la legislatura por no permitir que el PP gobernara? Aquello hasta le costó su cabeza como secretario general del PSOE. Pues bien, el del «no es no» pretende ahora reformar la Constitución para que en la sesión de investidura de un presidente del Gobierno sólo se pueda votar sí o abstenerse, pero no votar en contra. La idea está inspirada en la norma que rige la elección del presidente vasco. A Sánchez, en una encrucijada política de aúpa, la fórmula vasca le seduce tanto que el PSOE está trabajando en esa línea. Lo que busca es impedir que existan mayorías de rechazo, una medida polémica que necesitaría del apoyo del principal partido de la oposición para salir adelante. En esencia se trata de volver al bipartidismo puro y duro, porque PSOE y PP competirían entre sí y gobernaría aquel que lograra un apoyo más que el rival. A Vox la fórmula, obviamente, no le haría mucha gracia, ni tampoco a Podemos, porque se lo guisarían y comerían a pachas socialistas y populares.

Lo significativo, en todo caso, es el giro de 180 grados de un Pedro Sánchez que ha pasado del «no es no» al sí por mis narices. Y es que los tiempos han cambiado. Con la propuesta socialista, Sánchez se liberaría del yugo podemita y, en la práctica, sería presidente si consiguiera un apoyo más que el PP, del mismo modo que Casado sería lo propio liberándose de la presión de Vox. Sánchez mira lo que tiene por delante y se estremece pensando en los quebraderos de cabeza que le van a dar sus socios de Gobierno a medida que avance la legislatura. Demasiado complicado para un personaje que quiere cambiar la ley para perpetuarse en el poder.

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